16 mayo 2013

¡ADIVINA CUÁNTO TE QUIERO!


Crear y fortalecer vínculos sólidos es una labor que tiene inicio y no tiene fin

Reza el dicho que “una imagen vale más que mil palabras”. Claro que sí, siempre y cuando la imagen tenga un exquisito contenido.

Aquí te dejamos un cuento dulce como la miel que puede dar respuesta a cómo y cuándo sentimos que hemos creado vínculos sólidos con nuestros hijos. Saboréalo solo o disfrútalo con tus hijos. Te puede servir para frenar unos minutos el día ajetreado que llevas. Déjate sentir desde el corazón.

Del álbum ilustrado ¡Adivina cuánto te quiero! Texto: Sam McBratney. Ilustraciones: Anita Jeram. Ed. Kókinos. Ver en versión película   o en versión narración.



El vínculo más fuerte y duradero que desarrolla el bebé es con su madre al nacer. Este vínculo es la base que ayudará a desarrollar los demás vínculos que establecerá este niño con el resto de su familia. Los lazos afectivos que unen al bebé con sus padres fomentan una sensación de seguridad y la autoestima del niño es fortalecida de una manera positiva.



5 IDEAS QUE FAVORECEN EL VÍNCULO DESDE EL NACIMIENTO (tanto para mamá como para papá)

1. Mira a tu bebé directamente a los ojos y refleja en tu mirada lo mucho que le quieres.
2. Acarícialo, hazle masajes y mantén contacto piel con piel siempre que puedas.
3. Relájate y toma a tu bebé en brazos y siente su respiración abdominal para sincronizar la tuya con la suya y envíale pensamientos bonitos.
4. Atiende a tu bebé cuando llora, acompaña su llanto con tranquilidad y aprende a reconocer sus diferentes modos de llorar ya que es el primer lenguaje que usa para expresar sus necesidades.
5. El tiempo de calidad que pasas con tu bebé (tanto cuando atiendes a sus necesidades básicas como cuando le acompañas o juegas con él) es muy importante para fomentar la seguridad en el niño.



5 IDEAS PARA SEGUIR CREANDO VÍNCULOS SEGUROS CON NUESTROS HIJOS CUANDO DEJAN DE SER BEBÉS (tanto para papá como para mamá)


1. Manifiesta tu cariño abiertamente mediante abrazos, gestos, sonrisas y palabras bonitas. Y expresa en todo momento tu afecto pues hace que los niños se sientan queridos y aceptados.

2. Comparte con ellos juegos y situaciones cotidianas con alegría, buen humor, y a la vez momentos y experiencias especiales. Busca el modo de estar en total  “presencia” (pensando solo en ellos y en ese momento).

3. Fomenta la comunicación, haz que los niños y niñas, se expresen, se comuniquen, digan lo que piensan y sienten. Para ir creando un espacio de intimidad y de confianza dedícales tiempo suficiente y tranquilo.

4. Escucha lo que sienten y piensan. Muestra tu interés mientras te hablan, asiente, responde, mírales a los ojos. No les interrumpas y hazles preguntas si es necesario. No juzgues lo que dicen, son sus emociones y sus pensamientos, han de sentirse libres para expresarse. Cuando escuchamos mostramos aprecio y aceptación, les demostramos que les tenemos en cuenta y que nos importan.

5. Se consciente de tus propios sentimientos. Intenta controlar los sentimientos negativos. Y no dudes en mostrar y hablar de tus sentimientos, no solo los relacionados con ellos.



 
 

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