27 marzo 2013

¿Cuándo debe empezar la socialización en los niños?



Hoy, extraemos unos fragmentos del artículo publicado el 21 de junio de 2010 en Bebés y más para entender mejor cómo funciona el mundo emocional del niño y darnos cuenta que justificar la necesidad de relación con sus iguales sin la presencia de los padres antes de los 3 años no tiene bastante fundamento ya que evolutivamente hablando el niño no está maduro para ello. Esto no quiere decir que no pueda empezar a relacionarse con otros niños antes, que puede y será, seguro, enriquecedor, pero no es estrictamente necesario y menos si para hacerlo tiene que separarse de su madre.

¿Por qué no hay prisa para iniciar la socialización? Los niños son egocéntricos hasta, más o menos, los seis años. Esto que suena tan negativo es una característica necesaria en los niños. Ellos necesitan ser así, necesitan sentirse el centro del universo y creer que todo les compete y que todo les afecta para crecer con una alta autoestima y conocerse a sí mismos tanto como puedan. En otras palabras, no es recomendable “soltar” a un niño a conocer a otras personas si todavía no se conoce a sí mismo y, para conocerse a sí mismo, debe sentirse en el centro de todo lo que le rodea y ver cómo encaja él en ese entorno.

Por poner un ejemplo, pretender que un niño socialice a edad temprana es querer que un niño camine cien metros cuando acaba de echar dos pasos. En definitiva, es pedirle que sepa que hay más niños, cuando ni siquiera sabe que él es un niño.

Los niños no empiezan a entender que son personas con un cuerpo que puede interactuar con el entorno y con los demás hasta los 18 meses. En el vídeo siguiente podéis ver un experimento con niños que explica esto:

A partir de esa etapa en que descubren que son personas empieza un complejo entramado de aprendizajes que les tiene que llevar a conocerse como personas.

Este aprendizaje debería llegar junto a la persona que más estabilidad emocional les proporcione y en contacto con la otra figura paterna (o materna), ya que ambos sirven de modelo del que aprender.

¿Por qué los menores de tres años socializan poco o nada?  Si nos detenemos a observar a niños menores de 3 años, ya sea en la guardería, ya sea en un parque, podemos observar que, generalmente, hay poca interacción entre ellos. Con esto quiero decir que se defiende un concepto de socialización erróneo. El “en la guardería juegan todos y así aprenden a jugar unos con otros” es una falacia. Los niños juegan unos junto a los otros, pero no con los otros, y menos por iniciativa propia. Veámoslo explicado de nuevo con un vídeo:



La escuela infantil se convierte entonces en un recurso para aquellas personas que la necesiten, sin embargo no es necesaria para el correcto desarrollo de los niños ya que es hacia los 3-4 años cuando los niños deberían empezar a interaccionar con otros niños y siempre, de momento, con la presencia de los padres.

¿Por qué a partir de los 3-4 años la cosa cambia? Hacia los 3-4 años el lenguaje se ha ampliado considerablemente con respecto a edades anteriores, las rabietas son cada vez menos frecuentes puesto que empieza a madurar el control de sus propias emociones pudiendo expresar, a su manera, los sentimientos de amor, tristeza, celos, envidia, alegría, curiosidad y orgullo.

Gracias a estas capacidades emocionales su visión egocéntrica se empieza a ampliar a otras realidades al comenzar a preocuparse por los demás (los niños son tremendamente empáticos, llegando incluso a llorar si ven que alguien está llorando y a ofrecer su bien más preciado para consolarle).

Esta maduración emocional es la que el niño necesita para empezar a conocer otros ambientes y aprender que existen otros niños con semejantes inquietudes y deseos y con capacidad para interaccionar con él de una manera diferente a la de papá y mamá. A continuación, en el siguiente vídeo, podéis ver cuándo los niños empiezan a desarrollar sus bases emocionales:                                                            


Es este el momento ideal de iniciar la socialización, que debería ser siempre de manera paulatina y respetando los ritmos de los pequeños. Es decir, ni siquiera estamos diciendo que el colegio debería empezar a los tres o cuatro años, lo ideal sería que a esa edad empezaran a tomar contacto con otros niños en compañía de su madre (aunque sin prohibir contactos más tempranos, evidentemente, pues muchos son inevitables), siendo el niño quien decidiera hasta dónde separarse y hasta dónde llegar.

Es fácil entender por qué diversos países europeos defienden la escolarización a partir de los 6-7 años. Su objetivo es tratar de que el proceso de socialización sea precisamente eso, un proceso en el tiempo y no un “mañana empieza a socializarse, lo dejo en la guardería”.


Más información:
Los vídeos de este artículo son fragmentos de un documental muy ilustrativo que dura 1h aproximadamente: Baby Human Relacionarse   Aconsejamos su visualización a mamás y papás que desean saber más detalles.